SOLAPAS
Mario Giomi es cordobés, nacido en
Barrio Yofre Norte, en los límites polvorientos de una ciudad de tierra, que
las tormentas se llevaron envuelta en el olvido, hace ya tanto. Vivió entre esa
urbe borrosa, de celajes marrones y el Pueblo de Unquillo, recinto ondulado,
mojado con los cantos del agua, blindado con árboles vivientes y vigilado por
pájaros trazadores. Yendo y viniendo entre esos cubículos dispares, entre el
humo terroso que le rayaba los ojos y el brillo de los verdes que Lino pintó;
de los destellos de las alas trazadoras y de las aguas umbrias, que se los
iluminaba. Maestro de Dios del UCDM -Uno aceptable, quizás exagerando- y
fundador de “Liriosparatodos”, para enseñarlo entre cuerpos (Y también en f,
más, “La Freternidad Oculta de J” y la pág. “SOY UNO”); Estudió, escribió
libros y abandonó Derecho, pero no la Justicia Divina. Es investigador/inventor
-Inquisidor- todo terreno (4x4). No hay nada a lo que no le encuentre error y
solución; lector carníviro de fauces oculares, que lo llevó a escribir a los
ocho años: <EL DEVORADOR>, historia repleta de un Dios fundador; después <APOCALIPSIS: Islam Parusía y
Holocausto>, con buena puntería y ahora, con una muy superior, sale
publicando: <CRISTO ANUNNAKIS Y HOMBRE GRIS>; teórico físico y
ajedrecístico -que es exactamente lo mismo, según él- , tal que de lo cual,
declara al juego alienígena y deduce del mismo las "Teoria del Monto
Absoluto", para la física -Que el Dr. Álvarez López bendijo exaltado- y la
"Teoría del Color", para el ajedrez, las cuales exprime del juego;
fundador y director de la Fundación Creadores, que los políticos recesaron;
comerciante y productor fracasado, con beneplácito del Cielo, que lo reservó
para otras <encrucijadas>, según él cree con mucha fe; un sistema de
escritura universal que reemplaza a todos los alfabetos conocidos -literarios,
químicos, matemáticos, físicos, musicales, iconográficos, jeroglíficos, etc-
que haría escribir a los ciegos casi a la misma velocidad que los viedentes, ahorraría
la mitad de los bosques y el 90% de los símbolos de los teclados; un sistema de
enseñanza que haría aprender a la descendencia desde los fetos; celulares sin
recarga; un motor a combustibles líquidos, gaseosos o electromagnéticos, etc,
fabricados con el 7 al 11% de las piezas de uno convencional, en el 5to de su
espacio y erogando mucha más potencia. Entre otros muchos pero que muchos más.
Su mayor meta, sin embargo, es aprender a hacer milagros, vocación copiada de
sus abuelas gringas curanderas, a fuerza de hermosas estampitas; oraciones
murmuradas con potente fe, cintas rojas medidas entre los codos y la pinza del
índice con el medio; hilos sedientos como parásitos, cortados sobre las bocas
repletas de los vasos; granos de maíz sumergidos en ellos como batiscafos
amarillos; hierbas del fondo; cruces blandiddas en el aire zahumado; manos
impuestas sobre niños desesperados... Para curar empacho; parásitos; pata de
cabra; ojeadura; nervios... Poque sabe que haciendo milagros puede volver a la
Casa de Su Padre en el Cielo, pues sabe que eso el Espíritu Santo le enseñó a J.
Digámoslo, para darle por bondad algún crédito, que otro con más santidad,
pudiera reclamar sin falsa humildad Ha husmeado entre tanta cosa, que comprende
y acepta feliz, que no sabe nada de nada. Por eso ha elegido ser otro Chirolita
parlanchín del Mismo Guía de J. Y <nada más. Pero nada menos.>